Zona Norte - De Portbou a L'Escala


Una costa tan salvaje como seductora

Dominado por el mítico y abrupto cabo de Creus, este tramo de costa se suaviza pasado el cabo Norfeu abriéndose en la bahía de Roses, donde la desembocadura de los ríos Muga y Fluvià da lugar a una extensísima playa de más de 15 kilómetros de dorada y fina arena que constituye un punto internacional de encuentro para los aficionados al windsurf y al kitesurf.

Aquí, el navegante podrá disfrutar de las decenas de escondidas calas rocosas de aguas transparentes del Parque Natural de Cap de Creus, pero también del paseo por uno de los humedales más importantes del sur de Europa, el Parque Natural de los Aiguamolls de l‘Empordà, y de las ruinas de la ciudad greco-romana de Empúries. 

Las joyas entre Colera y El Port de la Selva

Saliendo de Colera hacia al sur, pasada la punta del Frare y la isla Grossa se encuentra la amplia cala de Garbet, con una playa de arena gris, pinos que ofrecen sombra y escasas construcciones. Es uno de los fondeaderos más apreciados por los navegantes por su amplitud y por quedar bien protegida de todos los vientos excepto de levante. Se puede fondear en 4 o 5 metros de arena, pero hay que dejar un buen resguardo a los bajos que afloran en su parte norte.

Al sur de Garbet, antes de la punta del Borró y con fondos de 2 a 4 metros, se encuentran las calas de las Assutzenes y de Cap Ras, lugar habitual de fondeo con vientos de componente sur, ya que quedan expuestas a la tramontana.

Una vez superado el cabo Ras hacia el sur se encuentra la singular y aislada cala Bramant, con una sorprendente forma de olla y rodeada por paredes de roca, en cuyo fondo se encuentra una pequeña playa y, a continuación y bien protegidas por los vientos del norte, las playas de Canyelles, de arena gruesa y 380 metros de largo, la de Grifeu, la playa del puerto y la de Cau del Llop, al sur de Llançà. 

La cala de Garbet es especialmente apreciada para echar el ancla por su playa, su amplitud y por sus soberbias vistas hacia el Pirineo

Parc Natural de Cap de Creus

Donde el Pirineo se funde con el mar

El cabo de Creus, último contrafuerte de los Pirineos y extremo más oriental de la Península Ibérica, es un espacio de gran belleza, dotado de una configuración geológica singular, con estructuras y afloramientos que forman un conjunto único en el mundo. El efecto de la tramontana ha hecho que aparezcan formas de erosión tan caprichosas como espectaculares y ha transformado el paisaje de una manera muy especial, tanto en el interior como en la costa, donde profundas calas rocosas de aguas cristalinas son excelentes refugios y paisajes encantadores.

Creado en 1998, es el primer parque marítimo terrestre de Cataluña y posee una superficie de 13.886 hectáreas, de las que 10.813 corresponden a la parte terrestre y 3.073 a la marina.

Cadaqués, Dalí y Portlligat

Un triángulo singular

La Casa Salvador Dalí - Portlligat, con los característicos huevos de obra que culminan sus tejados, adquirida por el pintor surrealista en los años treinta tras su estancia en Nueva York y donde vivió con su esposa Gala hasta que esta murió en 1982, ha hecho famosa en el mundo entero esta bonita ensenada. Muy bien protegida excepto para los vientos del noreste, permite el acceso con sumo cuidado debido a los bajos, respetando el canal balizado que conduce hasta el pequeño muelle del fondo de la cala.

Por la Casa Salvador Dalí - Portlligat, visitable con reserva previa en la Fundación Dalí, pasaron Lorca y Picasso, así como numerosos escritores, poetas, músicos, artistas y personalidades del mundo de la cultura, el teatro, el arte o de la política.

Por la Casa Salvador Dalí - Portlligat, visitable con reserva previa en la Fundación Dalí, pasaron Lorca y Picasso, así como numerosos escritores, poetas, músicos, artistas y personalidades del mundo de la cultura, el teatro, el arte o de la política.

Es sin duda uno de los parajes más bonitos de la Costa Brava donde vale la pena detenerse, y es la última de las calas aptas para el fondeo antes de llegar a la bahía de Cadaqués, un magnifico escenario perfectamente protegido de la ola creada por la tramontana y del propio viento, aunque abierto a los vientos del este y de garbí.

Cadaqués, antiguamente una aislada villa de pescadores es en la actualidad, con su playa de guijarros y arena oscura y las blancas casas que trepan por estrechas callejuelas hasta la iglesia de Santa María que domina la población, una de las más atractivas y pintorescas de la Costa Brava, y se ha convertido no solo en una referencia turística, sino que ha sido escogida por su belleza y singularidad como lugar de residencia de numerosos artistas y escritores.

Por ello, la villa merece por sí misma un fondeo antes de seguir la ruta hacia el sur y un paseo detenido por su frente marítimo, si bien la proliferación de pequeñas embarcaciones hace solo posible echar el ancla lejos de la playa y en fondos de 15 a 20 metros. 

Las calas al sur de Cadaqués

Al sur del cabo de Creus el litoral desciende hacia el mar suavemente dando lugar a calas amplias con playas de arena y guijarros.

Siguiendo la ruta hacia el sur, y antes de abandonar la bahía de Cadaqués, justo debajo del acantilado de la punta de cala Nans —en cuya cima se encuentra el faro del mismo nombre, que es la referencia y la alineación de entrada— se encuentra la cala Nans. Rodeada de altos farallones, la cala ofrece abrigo del mar y viento de garbí y permite el fondeo, pero hay que evitarla con vientos de componente norte.

A partir de que se dobla el faro, la única cala antes del cabo Norfeu, que cierra el golfo de Roses por el norte, es la de Jóncols, un magnífico abrigo excepto para situaciones de levante, sin bajos que supongan un peligro y muy profunda, por lo que las proximidades de las dos playas que se encuentran en el fondo de la cala son la mejor opción para amarrarse a una de las boyas instaladas para tal fin.

Pasado el cabo Norfeu, bien visible por su altura, las calas Pelosa, Calitjàs, Montjoi, Rostella y Murtra ofrecen singulares rincones donde detenerse, si bien la de Montjoi —muy conocida por haber albergado el célebre restaurante de Ferràn Adrià, El Bulli— es la mayor y más apta para fondear, aunque esté abierta a los vientos de componente sur. Las calas de Rostella y Murtra ofrecen una pequeña playa que permite fondear en el centro, pero lejos de las boyas de la propia playa y de las que se instalan en verano.

De los acantilados salvajes a las playas

Pasada punta Falconera y entre ésta y la punta de la Batería, sobre la que se encuentra el faro de Roses, la playa de Canyelles Grosses, más conocida como la Almadrava, y la playa de Canyelles Petites ofrecen un gran contraste con las salvajes calas del norte, tanto por su suave arena como por los servicios que se ofrecen, constituyendo una alternativa más para el baño y disfrute de las actividades acuáticas, tanto para quienes llegan desde Cadaqués y las calas del cabo Creus como para los que lo hacen desde el cercano puerto deportivo de Roses. El cambio es tan notable que podría decirse que, pasado el cabo Norfeu, empieza otra Costa Brava, con paisajes muy diferentes a los del norte, pero igual de atractiva.

En verano se puede amarrar en los campos de boyas de la Almadrava y de Canyelles Petites. Solo habrá que prestar atención a las rocas de los Brancs en Canyelles Petites, bien visibles y con paso entre ellos y tierra ya que tienen suficiente fondo.

Aunque esta zona de la bahía queda bien protegida de norte, con situaciones de levante las olas rompen con fuerza a causa de que el fondo disminuye rápidamente en las playas que se encuentran entre Roses y l’Escala por lo que el céntrico puerto deportivo de Roses, bien protegido por la punta de la Batería y el dique al norte del puerto pesquero y comercial, es el lugar ideal para amarrar, descansar y disfrutar de todos los servicios que ofrece la población.

Al sur del cabo Norfeu la costa se suaviza dando lugar a las espléndidas playas del norte de Roses y, más al sur, a los extensos arenales que son el sello de identidad de la bahía.

Bahía de Roses

Un paraíso para la navegación

La bahía de Roses, distinguida con el aval de la UNESCO como una de las más bonitas del mundo en reconocimiento a sus valores turísticos, paisajísticos y culturales, es un escenario único, con playas de fina arena que se extienden a lo largo de más de 15 kilómetros, reputadas por tener aguas poco profundas, ideales para familias y para disfrutar de deportes de vela. La bahía limita al norte con el Parque Natural de Cap de Creus, al sur con el Parque Natural del Montgrí, les Illes Medes i el Baix Ter y, en el centro, se encuentra el Parque Natural de los Aiguamolls del Empordà. No faltan las playas de dunas alejadas del bullicio ni las más urbanas perfectamente equipadas con servicios turísticos de calidad, dotadas de Bandera Azul y medioambientalmente certificadas, además de contar con una notable oferta lúdica, en la que destacan sus instalaciones náuticas de primer orden, pero también las numerosas actividades de observación de la naturaleza en el entorno del Parque Natural de los Aiguamolls de l’Empordà, senderismo o cicloturismo. Además de los puertos deportivos de Roses (al norte) y l’Escala (al sur), dispone de la Marina Empuriabrava, considerada la marina residencial mayor de Europa y el puerto deportivo fluvial de Sant Pere Pescador. La orografía, la climatología y el favorable régimen de vientos también contribuyen a convertirla en un referente internacional en la práctica del paracaidismo. La bahía cuenta en este sentido con el aeródromo de Empuriabrava desde donde cada año deportistas, aficionados y profesionales de toda Europa efectúan miles de saltos en una de las experiencias más mágicas que se pueden disfrutar en la Costa Brava.

Este entorno ofrece, además, interesantes atractivos culturales, con itinerarios históricos, arquitectónicos y arqueológicos, entre los que hay que destacar las rutas del románico, con visitas a edificios religiosos o civiles, a pequeños pueblos medievales o a los restos arqueológicos de la ciudad greco-romana de Empúries. Al norte, la bahía queda cerrada por la sierra de l’Albera que permite un recorrido por los monumentos megalíticos más completos e impresionantes de la Costa Brava, testigos pétreos de la temprana población de la zona.

Actividades para todos

Actividades para todos

POR TIERRA, MAR Y AIRE

La bahía de Roses ofrece multitud de posibilidades tanto deportivas como de ocio.

Además de los saltos en paracaídas y el túnel de viento, destacan, por el régimen de vientos de la zona, dominados por la tramontana y el garbí, las actividades acuáticas, especialmente el windsurf y el kitesurf, para las que las extensas playas de la bahía son uno de los enclaves más apreciados del sur de Europa y donde se celebran campeonatos internacionales como, desde 1999, el Gran Premio Catalunya-Costa Brava de windsurf puntuable para el circuito mundial profesional.

Senderismo, ciclismo y observación de la naturaleza en el Parque Natural de los Aiguamolls de l’Empordà completan la oferta de turismo y ocio para todos los públicos y edades.

La bahía de Roses abre sus brazos al mar con 15 kilómetros de playas de dunas y fina arena.

Bahía de Roses. La extensa llanura del Empordà rompe el abrupto  perfil del cabo de Creus y la sierra de la Albera
Bahía de Roses. La extensa llanura del Empordà rompe el abrupto perfil del cabo de Creus y la sierra de la Albera

Parque Natural de los Aiguamolls de l’Empordà

Las aves, las grandes protagonistas

Situados al norte de la Costa Brava, entre las poblaciones de Castelló d’Empúries, Empuriabrava y Sant Pere Pescador, estos humedales antiguamente ocupaban casi toda la llanura de la bahía de Roses. Esta extensa área se redujo debido, sobre todo, a la expansión agrícola, con arrozales, y a la ganadería, con cercados para el ganado.

El Parque Natural de los Aiguamolls de l’Empordà es una zona de gran interés biológico, pero también con un enorme valor paisajístico, cultural y económico, y dispone de varios servicios como el centro de información, el centro de documentación y un museo de historia natural de las marismas. El territorio se caracteriza principalmente por la presencia de materiales aluviales que se transforman en marinos después de pasar por una zona de transición.

Es una extensa área de interesante fauna y flora, que atrae a numerosas aves migratorias que se alimentan en este entorno ya que es un lugar de paso y una zona de acogida de numerosas especies procedentes del centro de Europa y el continente africano en búsqueda de mejores condiciones ambientales durante las épocas de poco alimento y meteorología rigurosa.

Empúries

El conjunto de yacimientos  arqueológicos de Empúries es uno  de los más importantes de Europa  y permite comprender la evolución  urbanística de Grecia y Roma.
El conjunto de yacimientos arqueológicos de Empúries es uno de los más importantes de Europa y permite comprender la evolución urbanística de Grecia y Roma.

La huella de Grecia y Roma

La bahía de Roses, entrada a la Península Ibérica de las civilizaciones griega y romana, contiene unos yacimientos arqueológicos de primer orden, la antigua Emporion. Empúries es el único yacimiento arqueológico de la península Ibérica donde se hallan simultáneamente restos de la ciudad griega de Emporion, y los de una ciudad romana, Emporiae, fundada a principios del siglo I a. C. sobre la estructura de un emplazamiento militar romano construido un siglo antes. Emporion, que significa mercado, fue fundada por comerciantes griegos de Focea y posteriormente colonizada por los romanos, y está situada en el área central de la bahía. Es también la puerta de entrada en Cataluña de la cultura clásica, un hecho comercial, político y cultural que transformó para siempre los antiguos pueblos íberos que habitaban allí. El importante Museo Arqueológico de Catalunya-Empúries divulga y mantiene la constante recuperación de este espacio arqueológico.

En conjunto constituye un lugar privilegiado donde se muestra la evolución del urbanismo griego de la zona occidental del Mediterráneo, y también permite comprender el urbanismo romano perteneciente al último periodo de la República. 

Empúries es el único yacimiento  arqueológico de la Península  Ibérica donde conviven los  restos de una ciudad griega y los de una ciudad romana.
Empúries es el único yacimiento arqueológico de la Península Ibérica donde conviven los restos de una ciudad griega y los de una ciudad romana.
Las ruinas de la  Emporiae romana, del  siglo I a. C., muestran  cómo era la ciudad, cómo  se vivía, y cómo eran  las casas, calles, plazas,  mercados y templos.
Las ruinas de la Emporiae romana, del siglo I a. C., muestran cómo era la ciudad, cómo se vivía, y cómo eran las casas, calles, plazas, mercados y templos.
Información útil

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UNA VISITA AL MUSEO

En el museo monográfico de las excavaciones de Empúries se conservan algunos de los objetos descubiertos durante las excavaciones y alberga la sala monográfica del Esculapio de Empúries.


Los elementos más destacados están señalizados en un itinerario.

Imprescindible reserva: reservesempuries@gencat.cat